El valle de Olmos en Perú es por ahora un desierto, casi sin lluvias y con ríos que fluyen como un hilo por pocos meses al año, pero una radical solución de ingenieríapara combatir la escasez de agua podría generar pronto una bonanza agraria.
El agua fresca, que cae ahora por el flanco este de las montañas andinas hacia la Amazonía y eventualmente al océano Atlántico, se transportará hacia el lado oeste de los Andes para irrigar el desierto de la costa peruana.
El proyecto es en muchos sentidos uno de los más importantes que buscan desviar los flujos de agua en Perú, porque servirá como guía para este tipo de construcciones.
“Todo esto va a ser verde”, dijo el ingeniero Giovanni Palacios, director del proyecto de irrigación Olmos, mientras contemplaba kilómetros de arbustos marrones en la zona construcción que supervisa la firma brasileña Odebrecht.
Este ambicioso proyecto, que implica una inversión de US$ 500 millones y funcionaría en 2014, incluye la construcción de 20 kilómetros de un túnel que atraviesa los Andes para afrontar el difícil problema del agua.
"Todo esto va a ser caña de azúcar, va tener uvas, paltas, maracuyá y va a estar lleno de gente trabajando, sembrando, cosechando, empacando", dijo Palacios parado en un montículo de arena, que es parte de los 2,5 millones de metros cúbicos de tierraque se han removido hasta ahora para hacer el proyecto.
Olmos, cuyos críticos dicen que beneficiará más a las grandes compañías agrarias que a los pequeños agricultores, es uno de los siete planes de irrigación quebuscan convertir las franjas de valles desérticos de Perú en campos productivos y rentables.
Casi todos los otros proyectos llevarán agua de los nevados hacia la costa, pero Olmos desviará agua destinada para la Amazonía hacia los campos costeros. En su conjunto, todos los proyectos convertirán en campo verde unas 233.000 hectáreas de desierto en la próxima década.
El próximo año, Odebrecht empezará a bombear miles de millones de galones de agua hacia unos 440 kilómetros cuadrados de franjas de desiertos en la región de Lambayeque.
Se estima que el proyecto Olmos creará unos 40.000 puestos de trabajo directo y otros 120.000 trabajos indirectos, por lo que un equipo de arquitectos peruanos diseñaron una nueva ciudad para los que llegarán a la zona.
Los ingenieros consideran que Olmos es el proyecto más complejo y riesgoso en el que han trabajado, en medio de las altas temperaturas del interior de la montaña que requieren del uso de aire acondicionado y de la inestable geología exterior que ha causado al menos dos deslizamientos.
La construcción del túnel fue terminada a fines de 2011 y para 2015 habrá agua suficiente para llenar 160.000 piscinas olímpicas (400 millones de metros cúbicos), que comenzará a fluir a través de la montaña y que pondrá a funcionar una pequeña planta hidroeléctrica.
Para costear la construcción del proyecto Olmos sin fondos públicos, Odebrecht dijo que pidió a los inversores apostar al futuro flujo de agua que regará los cultivos.
La empresa licitó tierras públicas ociosas a firmas agrícolas para conseguir la mitad del financiamiento y colocó deuda garantizada con la futura venta de agua para obtener el resto.
Sin embargo, los críticos dicen que Olmos dejó de lado a las familias de los agricultores y entregó recursos públicos –tierras y agua– a las grandes empresas exportadoras.
“Después de tantos años y de una ilusión tan grande, ahora es desilusión”, dijo el presidente de los agricultores locales, Juan Soto.
EN CIFRAS
- 43.500 hectáreas se irrigarán el próximo año con el proyecto Olmos.
- 40.000 puestos de trabajo directo se generarán con el boom agrícola.
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