Para que el dinero que logres juntar no pierda su poder adquisitivo, es
recomendable que esté en instrumentos formales y usted utilice las
formas correctas para administrar sus ahorros.
El ahorro
es sin duda una condición fundamental para construir nuestro
patrimonio. Muchas personas hacen el esfuerzo de ahorrar pero luego
olvidan que ese dinero hay que invertirlo para por lo menos conservar su
poder adquisitivo, además de que muchas formas tradicionales conllevan
riesgos importantes. Algunos ejemplos:
1. Los guardaditos, o el dinero bajo el colchón.
Muchas personas ahorran y terminan guardando miles de pesos de esta
forma. Además de que es muy fácil que alguien pueda encontrar ese dinero
y nos lo roben, tenemos que darnos cuenta de que todos los días está
perdiendo poder adquisitivo. Sin embargo, es una práctica muy popular,
debido a que mucha gente no tiene la cultura financiera suficiente para
acceder a otras opciones.
2. Las juntas. Ésta es
una forma muy común de ahorro, la cual consiste en la reunión periódica
de un grupo de personas, que aportan una cantidad determinada de dinero a
un fondo. En cada junta, el fondo se sortea entre los participantes, de
forma tal que los ganadores dejan de participar en los sorteos
sucesivos, aunque siguen teniendo la obligación de aportar.
Por lo tanto, al final de este proceso
todos habrán resultado ganadores del fondo sorteado, cuyo valor será
igual al monto total aportado por cada individuo.
Las juntas tienen el gran atractivo de
que todos los participantes obtienen el monto que requieren (el fondo)
antes que si hubieran tratado de reunirlo manera individual (excepto el
último que lo obtiene, pues en este caso es como si sólo le hubiese dado
su ahorro a otra persona por determinado plazo).
Además, pueden verse como una forma de autofinanciamiento.
Sin embargo, también conllevan muchos
riesgos, desde la confianza de que en realidad sí nos vayan a dar
nuestro dinero, o que cuando nos lo den no nos asalten. Las juntas
tampoco generan per se un interés que conserve el poder adquisitivo de
nuestro ahorro.
3. La compra de dólares o de metales.
En muchos estados se acostumbra comprar y mantener un ahorro en
dólares, o en monedas de oro y plata. Esto se realiza ya que se piensa
que de esta forma no se perderá el poder adquisitivo del monto ahorrado,
lo cual a todas luces es erróneo. En Estados Unidos también hay
inflación —en promedio 3% anual—. La gente no piensa eso pero en
realidad el poder adquisitivo en dólares también se deteriora.
4. Las inversiones en instituciones no respaldadas por el gobierno ni supervisadas por autoridades financieras.
Los fraudes pululan en esas instituciones. Muchas familias han perdido
ahí los ahorros de toda su vida porque con la promesa de un mayor
rendimiento han caído en la trampa.
5. Ahorrar en cuentas de ahorro.
Éstas son cuentas para administrar nuestros recursos únicamente. Nos
dan muchas facilidades pero no son instrumentos de ahorro. No pagan
intereses y, si lo hacen, son de risa.
6. Los tradicionales pagarés en los bancos.
Las instituciones bancarias, sin duda, son las que han captado la mayor
cantidad del ahorro del país. Los recursos depositados en ellas están
garantizados por el gobierno (hasta ciertos montos), lo cual es una gran
ventaja para los ahorradores.
Sin embargo, en la actualidad el
rendimiento que pagan es, en la mayoría de los casos, mucho menor a la
inflación, lo cual deteriora su poder adquisitivo.
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